La Organización Mundial de la Salud recalca con cada vez mayor énfasis la relevancia de prestar atención a las técnicas, productos y hasta la concentración de las soluciones en las etapas de limpieza y desinfección. Como es natural, puede que surjan dudas en cuanto a qué medidas tomar cuando en casa ha habido un caso positivo de COVID-19. Las siguientes recomendaciones guiarán en cuanto a cómo se sanitiza y desinfecta el hogar.
Es importante esperar un tiempo prudente antes de comenzar el proceso de desinfección. De hecho, lo primero que debe hacerse es permitir que circule una buena ventilación en el hogar. Para ello, basta con abrir las ventanas durante algunas horas. Luego, se pueden seguir los siguientes pasos:
Se sanitiza y desinfectan primero las áreas y superficies con las que la persona enferma tuvo mayor contacto. Por ejemplo, es ideal iniciar por el dormitorio y el baño que utilizó. Si no han transcurrido más de 24 horas de la recuperación, es importante utilizar mascarilla y guantes.
Además, es relevante recordar que el coronavirus puede sobrevivir en superficies duras por 48 horas. De modo que, será necesario desinfectar desde los interruptores, hasta las perillas de las puertas, asiento y tapa del retrete, y el piso de las áreas en las que estuvo la persona enferma.
Se debe tener especial cuidado con los desechos sanitarios de la persona que estuvo enferma. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud recomienda que las letrinas o inodoros se mantengan en buenas condiciones, con buena ventilación y se desinfecten de manera adecuada.
Igualmente, es necesario utilizar bolsas o recipientes resistentes y herméticos para estos desechos sanitarios y también para aquellos implementos que la persona enferma ha utilizado, como sus mascarillas. De hecho, se podría considerar también el reemplazo inmediato del cepillo de dientes.
En la etiqueta de estos productos se incluyen detalladas instrucciones acerca del uso y concentración de la solución. Al mismo tiempo, es importante utilizar los implementos de seguridad adecuados, como mascarilla, guantes y lentes de seguridad mientras se lleva a cabo la limpieza.
Además, se debe revisar que el producto sanitizante que se utilice efectivamente cumpla con las necesidades. Como referencia, la EPA publica las soluciones y desinfectantes adecuados para combatir este virus.
Las superficies blandas, que comprenden las cortinas, alfombras, sábanas y ropa de cama de la persona que estuvo enferma, así como su ropa y toallas se deben lavar y desinfectar adecuadamente.
Para ello, se recomienda usar la máxima temperatura posible en el agua en función a las características de la lavadora y someter estos artículos a secado. Además, durante este proceso mientras las prendas están sucias, es necesario usar guantes y mascarilla al manipularlas.
Tanto durante la rutina común de limpieza, como en medio de estos procedimientos mencionados, es importante limpiarse constantemente las manos y evitar llevarlas a la nariz u ojos. Se recomienda lavarlas con agua y jabón durante unos 20 segundos una vez que se retiren los guantes.
Además, como es lógico, todos estos implementos de seguridad y Equipos de Protección Personal (EPP) deben mantenerse limpios y desinfectados antes de volver a utilizarlos.
Mantener la higiene y limpieza en todos los espacios de la casa es más importante que nunca. Si se siguen todas estas medidas de protección, esto contribuirá a que se elimine todo rastro del virus en el hogar.
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